2011/10/21

reinterpretaciones instantáneas #03


Alineación al centro
# OK Computers #

Las luces reflejan en el cristal y deslumbran sus ojos que aún no han despertado. Al girar el coche a la derecha desvía la mirada. El cogote de su padre cada día más canoso. Juicios, vistas, sentencias. Sabe que será estrella de rock, vestirá pantalones ajustados, la gente coreará su nombre y después de los conciertos, en el backstage, se pondrá hasta las cejas.

La silla está mojada. Su cuerpo suda por el esfuerzo y el Isostar alivia pero no consigue reponer toda la energía derrochada. Hoy es su madre la que le mira entrenar. Su padre en el simposio, en Berlín, es quien más interés tiene y al que tendrá que convencer de que por ese camino nunca llegará a nada. Estira los calcetines Lacoste y se saca el calzoncillo del culo. Desliza el brazo delgado por el derecho y nota que cada día que pasa sus dimensiones son diferentes. Tanto músculo no servirá de nada cuando empiece a pintar.

El mejor de su clase y ya capaz de programar en varios lenguajes. Cuando papá está contento yo también lo estoy, y mamá y la abuela. Es la única causa que explica que aún no les haya dicho que Peter Jackson nació para gente como él.

Ha tenido que repetir la Novena Sinfonía tres veces, el mismo fragmento, los dedos se traban cuando su mente se evade estableciendo conexiones entre la música y la métrica. Su madre murió y su padre aún vive. Sueña despierto y escribe sus sueños en versos en una libreta que tiene debajo del colchón. Los alejandrinos son sus preferidos y los busca siempre que su puede. Le ha explicado que la música y la arquitectura son las dos caras de una misma moneda: si dominas una dominas la otra. Los edificios para el señor Álvaro Siza que cuelga de la pared.

La crisis es bien conocida por todos, ahí estuvo y ahí se vio y todos conocen sus consecuencias. Cuatro años, hasta que los Cuatro, como se ha dado en llamarlos, se reunieron. El panorama del capitalismo cambió. Desde su tumba Adam Smith se retuerce pensando lo bonito que hubiera sido poder vivir en 2023. Ahora los cuatro apenas charlan y duermen casi veinte horas, cada uno en su ciudad. Eran los miembros del FMI, el Banco Mundial, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. Tan bien quedaron los ordenadores conectados que es quizá por eso por lo que tanto vegetan y piensan en lo equivocado que estaba quien dijo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Dan las señales de forma automática. Si la inflación sube se activa el botón rojo que acciona la manivela que eleva del precio del dinero. Cuando baja una décima el ritmo al que crecemos se activa el verde y la correspondiente manivela inyecta frescos billetes en el sistema bancario.

Las cuatro escuelas de negocios en que estudiaron se han convertido en museos que muestran nuestra frenética evolución en las últimas décadas: en medicina, en derecho, en informática, en arquitectura.


# RADIOHEAD - OK Computer (1997) #

2011/10/01

reinterpretaciones instantáneas #02



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La dirección no importa #

Siempre soñé con tener dinero, tanto que pudiera comprar el mundo entero, fui a la mejor universidad, me otorgaron el premio especial fin de carrera en Ciencias Económicas, hice varios postgraduados y, por si fuera poco, hablaba tantas lenguas como las que se hablaban tras la caída de la Torre de Babel, y tal y como ella se desmoronó así yo caí, cuando tuve el dinero suficiente con el que comprar cuanto quisiera me di cuenta de que ya no quedaba nada que mereciera la pena ser comprado, entonces decidí caminar y aún sigo haciéndolo, a veces unas ciudades las distingo de otras por las gentes que las habitan, las razas, los colores de piel, los rasgos faciales y las formas en que se comunican cambian al caminar, otras veces es la diferente arquitectura que caracteriza los edificios, pero siempre, tras mucho caminar, es lo único de lo que empíricamente he sido capaz de demostrarme, después de una ciudad hay otra y antes que a la primera otra la precede, aunque bonito es saber que siempre puedes estar rodeado de construcciones, que apenas tienes que dar unos cuantos pasos, en ocasiones muchos, pero que con caminar es suficiente para salir de una ciudad y llegar a la siguiente, también cansa y genera pesadillas, como la que tuve esta noche, creía que era chino, un pequeño niño chino con los ojos rasgados y que mis padres me habían lanzado a la piscina de la municipalidad para que aprendiera a nadar, sin monitores ni instrucciones de ninguna clase, cosa que por otro lado a mi corta edad de poco hubiera servido, movía brazos y piernas arrítmicamente, como los mueven siempre criaturas tan inocentes, pero lo peor no eran las dificultades acuáticas que sobre mí vertieron mis padres, sino que era enfrentado con una realidad, con un futuro real en el que podría conseguir todo lo que quisiera, mis minúsculos bracitos parecían moverse buscando el absoluto, el cenit, me mostraban cómo triunfaba en la vida, al poco tiempo de salir abruptamente del útero materno quedaba como único dueño de La Empresa, dormía en los mejores hoteles, me tiraba a las mejores prostitutas, comía el mejor caviar paquistaní, pero lo que más hizo zarandear mi cuerpo en el polvo del suelo en que dormía eran el enorme parque de coches de lujo de toda clase, Mercedes, Pontiacs, Royces, Ferraris, Porches, que tenía a mi completa disposición, son varios los sueños de este tipo que he tenido, en realidad, todas las noches, duerma en suelo como anoche o en la última planta de un rascacielos, duerma abrigado por el frío o en calconcillos, es una pesadilla que inexorablemente perturba mi descanso, tan lacerantemente se intrinca en mis pensamientos diurnos que quizá por ello me encuentro siempre fatigado, quizá ese recurrente sueño sea la causa de que decidiera caminar y desde entonces siempre camine.


# NIRVANA - Nevermind (1991) #

reinterpretaciones instantáneas #01




# Game over #

Clic.

Buenos días. Me llamo Munky Bong y trabajo para Doolittle Entertainment desde hace 10 años. Ayer firmé un nuevo contrato temporal de nueve semanas y dentro de nueve semanas volveremos a analizar la situación, que es lo que me ha dicho el jefe de lanzadores.

“Atención. Señor Munky Bong. Acuda inmediatamente a Caja amarilla en Nivel 5”. Ahora vuelvo.

El Nivel 5 aparentemente es fácil, aunque esta vez ha sido duro. Será porque el turno de noche es el peor. Las personas que juegan a esas horas son muy profesionales y tengo que lanzarles cientos de cocos hasta que recogen todos los bonus para pasar de nivel, o hasta que consigo que llegue su game over que se traduce en mis incentivos. Por lo menos es mecánico: cojo un coco de la cesta y lo lanzo por las plataformas inclinadas, espero cinco segundos, cojo otro coco de la cesta y lo dejo caer, espero cinco segundos, cojo otro coco de la cesta y lo dejo caer… Encadeno breves contratos temporales porque la empresa no va bien desde que empezó la crisis en Primatia, hace diez años, lo que se traducirá en que mi idea de ir a vivir solo se va a tener que retrasar otra vez. Mierda. Eso significa que seguiré viviendo con mis padres en una cueva a las afueras de Apeton y no podré llevarme monas a casa. Mierda.

“Atención. Señor Munky Bong. Acuda inmediatamente a Caja azul en Nivel 6”. Vaya, no he tenido ni quince minutos de descanso. Un momento.

Ésta vez me ha tocado un adicto que ha repetido el mismo nivel durante una hora seguida sin superarlo. Le debo comentar al jefe de lanzadores que no me parece bien la idea de que los jugadores puedan continuar en el mismo nivel una vez pasado el game over, creo que sería más lógico que empezasen en Nivel 1. Yo ya soy lanzador de Nivel 5, 6 y 7 y no tengo por qué aguantar a jugadores inexpertos, sobre todo en el Nivel 6, donde hay algunos que lanzan el rayo paralizador de fruta triturada sin ningún sentido, no llegan a rozar a los lanzadores y acaban dejando el interior de las cajas perdido de manchas que luego tenemos que limpiar, como he tenido que hacer ahora. Mierda. Y si no puedo llevarme monas a casa nunca tendré novia ni hijos ni nadie que me quite los piojos. Me deprimiré. Y lo que es peor, cogeré una infección y moriré. Mierda.

Mañana continuaré con mis prácticas de dicción, una hora obligatoria de grabación diaria desde que aprendimos a hablar, porque no tardarán mucho en llamarme para el Nivel 7. Antes de comenzar debo practicar un rato en las lianas, a las personas que juegan les encanta vernos saltar por los árboles esquivando sus lanzallamas. Tengo que buscar otro trabajo porque empiezo a estar harto de los videojuegos. O eso o me busco una comuna de regresivos. Qué bien que vivíamos antes, sin pensar, sin hablar, sin trabajar, sin dinero y con comida disponible todos los días. Y ahora no gano ni para cacahuetes. ¿Quién nos obligó a evolucionar?

“Atención. Señor Munky Bong. Acuda inmediatamente a la Caja verde en Nivel 7”.

Clic.


# PIXIES - Doolittle (1989) #