16 años.
Año 2019.
El devenir nos ha transformado. Mason celebra cumpleaños y Sharon Tate, y Lennon y Ono, y la calle Abbey y el submarino amarillo, y Arafat y
Lencit también cumplía años, 58, aunque Sebastián no lo recordara en el asiento 37 B de su Espaciac 734 dirección Yakarta.
16 años.
Mucho tiempo, demasiado. Las ilusiones, esa fortuna de poder atesorar un futuro incierto pero prometedor, convertirse en ecce homo House que tanto le gustaba ver con sus padres en su adolescencia, él, el futuro salvador de vidas, concienzudo y perspicaz investigador, ese futuro Nobel de medicina, la sosegada templanza y modestia con la que recibiría las felicitaciones y el reconocimiento de los familiares de los enfermos a los que salvaría de las enfermedades más intrincadas, pensando, éste es mi deber, mi modesta aportación a la humanidad, ésto, fue metamorfoseando, ésto, sufrió una paulatina involución y un lento arrinconamiento en el lóbulo temporal de las emociones de Sebastián, sí, eso, en 16 años.
17 años.
Lencit y Sebastián iban sentados al final del Espaciac 734. El pelo de Sebastián se había vuelto blanco. El de Lencit hacía tiempo que decidió abandonar su cabeza. Comían cacahuetes salados, ligeramente tostados, y bebían una cerveza, todo cortesía de la casa.
La suerte estaba echada, ahora sólo quedaba esperar. Se sentían como Redford y Newman se hubieran sentido 50, perdón, ya 51, años atrás. Todo almacenado en
De Thierry supieron que había sido asesinado.
Ellos conocían el verdadero motivo de su muerte, pero ahí quedaría, en el tintero del olvido, de tantas cosas que, quizá, debieran haber aparcado en ese mismo lugar. Pero la “verdad”, la necesidad de mostrar al mundo todo el mal que Datie y Otsuko (y el resto de las farmacéuticas, no vamos ahora a ponernos moralistas y sensibleros y considerar que únicamente por ser el germen de todo el problema se pueda verter sobre ellos toda la ignominia que alguien, menos informado de lo deseado en estas cuestiones, pudiera considerar de justicia, soslayando toda la vorágine que, a nivel agregado, implicando a todo poder fáctico, la situación provocó) ha provocado, sigue provocando, han hecho imposible que este par de personas corrientes pudieran actuar en esa dirección.
De Yanimoro poca luz podremos aportar. Tres años escondido en
17 años.
Barcelona. 19:47 horas.