2009/05/18

## Serie POP (01) ##



## Una foto ##

No lo sé. Creo que sobre las siete y media, o quizá algo antes. Sí, sí, no te preocupes, mañana te llamo y te concreto la hora. Yo también me acuerdo, demasiado, pero...Ya te he dicho varias veces que te deshicieras de esa foto… Tú misma, pero no creo que te beneficie nada seguir conservándola. Ya hace un año y por mucho que la quisiéramos…María, ¿pero qué pregunta es esa? ¿cómo voy a haberla olvidado? Pero es que esa foto…

La misa del año se celebrará mañana en la iglesia San Juan, a las 8 de tarde, en la misma iglesia que no pudo contener los restos mortales de Pedrita, a 500 metros del cementerio en el que se celebró una suerte de simulado sepelio, de manera extraoficial y a petición expresa de Pakum y María.

Sus pequeños ojos compuestos, de un intenso color pardo verdoso, moteados de diminutas circularidades negras, habían quedado plasmados 364 días antes en la instantánea. Llevaban más de 15 días escalando el Monte Hassan, en Turquía, encontrándose a escasos 300 metros de la cima, cuando el hombre de las nieves se la llevó. Habían elegido el verano para no tener demasiadas dificultades con el proceso de aclimatación al frío seco del Monte Hassan. Pakum, al atardecer, todos los días, mientras María cocinaba algo para la cena, bebiendo, los tres, traguitos del tapón de la botella de Absolut, enseñaba a Pedrita a tocar la guitarra, como si se tratara de un íntimo e interiorizado ritual entre los tres. Pedrita se sentaba en una silla que habían diseñado para ella, plegable y de materiales sintéticos, ajustables a su peculiar morfología. No se puede decir que aprendiera muy rápido los acordes. De hecho, con frecuencia rompía sin querer las cuerdas con sus patitas. Su voz, sin embargo, era deliciosa, sonando y reverberando sobre la superficie nevada de Hassan: “Es lo que dicta el corazón, y yo no puedo ir contra él”. Era ella la que iba abriendo camino hacia la cima, expulsando con sus filiformes patitas delanteras la nieve hacia los laterales. Ella transportaba la tienda de campaña en una larga mochila, sobre su espalda, con unas cinchas laterales que evitaban que sus alas se aplastaran.

Tuvieron que esperar más de dos años para que se la concediera el Instituto Arandino de Coleópteros. Lo cierto es que en los últimos años los trámites burocráticos han ido en aumento. Análisis de la idoneidad filial, una adecuada solvencia económica, estabilidad emocional de los dos conyugues…y así hasta un sinfín de papeles que rellenar y entrevistas que realizar con el equipo psicológico del Instituto.

El día siguiente iba a ser su cumpleaños. No llegó a cumplir los 18. Al menos eso es lo que creen Pakum y María, ya que su joven y grácil cuerpo no ha sido encontrado ni por el equipo de rescate ni por la Guardia Civil. Pero ya han perdido todas las esperanzas de que regrese de Turquía.

María no puede olvidar, mientras mira la foto, los dulces momentos en los que acariciaba sus alitas, primero pequeñas, de unos pocos centímetros, lisas, luego mayores, de casi un metro de longitud, rugosas y con pliegues. Las antenas rozando su piel, poniendo de punta los pelos rubios de sus brazos. El amor es algo que no finaliza con la muerte, más bien al contrario, en muchas ocasiones tiene su origen en la muerte misma. ¿Pero qué ocurre en aquellos casos en los que la muerte es tácita, no declarada oficialmente ni comprobada por ninguno de los medios habituales? Es lo que dicta el corazón, y yo no puedo ir contra él.

## Mercromina -
Desde la montaña más alta del mundo ##

No hay comentarios: